A Marta Pérez se le dispara el corazón a los 200 metros de su semifinal de los 1.500m. La soriana, 32 años y cinco Mundiales a sus espaldas, esquiva, muy viva, a la etíope Hailu, caída sobre el tartán, y sigue a los suyo. Desde hace un tiempo es una mediofondista que corre con mucho oficio. “Ahora sé que si, de repente, meten un 200 muy rápido, puedo hacerlo”, cuenta, chorreando sudor, ya en la zona mixta, después de rematar la carrera (4m 01,19s) con la misma solvencia para pasar quinta —avanzaban las seis primeras— a su segunda final en un Mundial.
La soriana, que nació después del oro olímpico de su paisano Fermín Cacho, vuelve a la final de los 1.500m en el mismo escenario donde ya corrió la final de los Juegos de Tokio en 2021. Un año después de su mayor éxito deportivo, Marta Pérez, que acabó la carrera de Medicina y siempre le rondan por la cabeza inquietudes científicas, buscó por toda España a una fisióloga que entendiera su cuerpo, una persona que le diera una solución a sus problemas menstruales y a su debilidad por el síndrome premenstrual. Así encontró a la doctora Anna Carceller, el complemento perfecto a la sabiduría de su entrenador, Antonio Serrano.
“A mí Anna me ha aportado muchísimo porque me ha abierto un mundo de posibilidades de lo que es la fisiología en el deporte”, explica sonriente la plusmarquista española. La catalana, experta en medicina deportiva y con mucho conocimiento aplicado al ciclismo, ha hecho crecer a la atleta, que el año pasado, en los Juegos de París, se convirtió en la nueva plusmarquista española de 1.500m.
Al principio afinaron la nutrición, pero luego llegaron muchas más mejoras: el entrenamiento en altitud, la suplementación, beber bicarbonato mucho antes de que todo el mundo lo hiciera… Como Marta Pérez es médico hablan el mismo idioma y entiende todo lo que le propone. Y así, más sabia, la soriana sueña ya en entrar entre las ocho primeras en la final del martes.
Comentarios