Recordará Jaume Munar el nombre, desde ahora, sinónimo de tormento para él: Elmer Moeller. El joven danés, de 22 años y sin apenas bagaje en la élite, venció contra pronóstico al mallorquín (2-6, 6-1 y 6-4, tras 2h 27m) y comprometió sobremanera las posibilidades de clasificación para el equipo español, enfrentado ahora a un escenario que nunca logró revertir: desde su primera participación en la Copa Davis, 1921, jamás consiguió remontar un 0-2 adverso. Esta derrota, unida a la encajada en la apertura contra Dinamarca por parte de Pablo Carreño, superado por Holger Rune (7-5 y 6-3, en 1h 40m), sitúa al conjunto capitaneado por David Ferrer ante una situación límite que no admite fallo alguno en la continuación de este domingo (a partir de las 11.30, Movistar+): pleno o nada.

Es decir, España deberá sumar los tres puntos restantes porque, de lo contrario, se confirmaría una derrota que liquidaría sus opciones y guiaría a los nórdicos por primera vez a la fase final de la competición, en noviembre. Entraba dentro de la lógica la caída de Carreño (123º), medido con el contrastado líder danés (11º), pero no así la de Munar (37º), sorprendido por el 113º del mundo; un tenista desconocido para el gran público. Ahora bien, Moeller ya había advertido meses atrás, en febrero. Él fue quien sentenció en la escala anterior a Serbia y volvió a destaparse sin miedo sobre la arena de Marbella. Pese al teórico desequilibrio entre uno y otro, bregado ya el español y por descubrir aún el adversario, sobre la pista primó merecidamente la segunda voz.

Las renuncias de Carlos Alcaraz y Alejandro Davidovich han conferido de nuevo a Munar la responsabilidad de encabezar al equipo español, coincidiendo además con su mejor momento. Hace una semana pisó los octavos del US Open, su límite en un grande, y después de una meritoria escalada se ha filtrado entre los cincuenta mejores del circuito. Esta vez, sin embargo, pagó el conservadurismo frente a un rival desacomplejado y muy descarado que se jugó a una carta prácticamente cada tiro. La apuesta de riesgo acabó premiando a Moeller, superior en un duelo caótico que se saldó con trece roturas de servicio, de vaivén en vaivén hasta que la definitiva, al noveno juego del tercero, decantó de manera definitiva el marcador.

Jaume Munar, ante Moeller.

Pese a la inexperiencia y a remar en contra, una vez entregado el primer set, Moeller no se vino abajo. Ni siquiera después de que Munar le endosara un parcial de seis juegos. Se vino finalmente arriba y, manotazo a manotazo, volvió a lucirse —sexto triunfo en el terreno Davis, por los cinco que ha sumado en la ATP— y acabó planteando el peor de los escenarios para España. Más allá de la adversidad que sugiere la historia, este domingo deberá ganar los tres puntos que restan: el dobles que abrirá la jornada y los dos individuales. Dinamarca, en cambio, dispondrá de tres opciones para sellar el acceso a los cuartos de final, la misma cota que alcanzó en la edición de 1988.

Proponer vs. resistir

Copa Davis Grupo Mundial Finals – segunda_ronda –

Antes, en la apertura de la serie, Rune impuso la lógica del momento frente a Carreño, quien sencillamente rebatió hasta donde pudo. Poco que reprocharse. Hoy por hoy, al asturiano (34 años y 123º del mundo) todavía le falta kilometraje, chispa y ritmo competitivo, desentumecer el juego después de dos años duros con dolor en el codo, parones y quirófano. Ensayó recientemente en Nueva York, donde disputó un par de partidos, pero todavía le queda trecho para recuperar ese extra que hacía de él, respetado dolor de muelas, un competidor verdaderamente incómodo. Al otro lado de la red, un rival que parece haber descubierto en la Davis un hábitat inspirador en el que ese fuego característico encaja con las exigencias de una competición para valientes.

Carreño, durante el partido contra Rune.

Muy asentado y permanentemente incisivo, Rune pilotó en gran medida el duelo pese a que cediese una rotura en el tramo inicial y se relajase en el segundo, cuando ya había logrado abrir brecha. Pero no tardó en corregirse en uno y otro acto el danés, luciendo pegada y prevaleciendo bajo un guion calcado: uno proponiendo, el otro resistiendo y esperando la oportunidad. Sin embargo, esta nunca terminó de llegar. Tampoco después de haber recuperado el terreno perdido, del 0-3 al 3-3. Mero espejismo. Otro acelerón decidido fue suficiente para subrayar la distancia que existe hoy entre uno y otro, y el vencedor sumó su décimo triunfo en la competición, en 13 compromisos.

Muy sólido con el saque, Rune incorporó el primer punto al casillero danés, mientras Carreño dejó la pista con buen sabor de boca. Al fin y al cabo, sostuvo el pulso, que no es poco. “He dado un buen nivel, contra un rival que es prácticamente un top-10 y en una superficie que le gusta”, declaró el gijonés. Y así es. Tres de los cinco títulos que posee Rune han sido en arcilla y el único que alzó esta temporada fue en Barcelona, donde se impuso a Carlos Alcaraz en el desenlace del Godó. “Me alegro de que se juegue en tierra batida, creo que viene bien a todo nuestro equipo”, expresó el undécimo del mundo, que no descarta participar en el dobles del domingo; “estamos aquí para luchar”.

LA AGENDA DE LA ELIMINATORIA

Domingo 14:
11.30: Munar/Martínez-Holmgren/Ingildsen.
A continuación: Munar-Rune.
A continuación: Carreño-Moller.

Las otras series: Japón, 0 – Alemania, 4,  Croacia, 1 – Francia, 3, Estados Unidos, 1- República Checa, 1, Hungría, 2 – Austria, 3, Países Bajos, 1 – Argentina, 3 y Australia, 0 – Bélgica, 2.

Las siete clasificadas se unirán a Italia (última campeona) en la fase final que tendrá lugar en Bolonia, del 18 al 23 de noviembre.

Jaume Munar

vs

Elmer Moeller

Sets:

Puntos ganados con primer servicio

Puntos ganados con segundo servicio

Puntos de break convertidos

Puntos ganados con primer servicio

Puntos ganados con segundo servicio

Puntos de break convertidos

Puntos ganados con primer servicio

Puntos ganados con segundo servicio

Puntos de break convertidos

Puntos ganados con primer servicio

Puntos ganados con segundo servicio

Puntos de break convertidos



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